Posteado por: ibnjcamalu | noviembre 4, 2012

Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. – Salmo 119-105

Dios ha hablado al hombre desde su creación y Sus palabras se registran en las Escrituras como la luz que orienta la vida del creyente. A lo largo de la Biblia, la palabra de Dios se habla de ser la luz de los hombres. “Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.” (Juan 1:3-4).

A pesar de que la Biblia claramente nos enseña que la Palabra de Dios es una lámpara a nuestros pies y una luz para nuestro camino, muchos toman la decisión de tropezar en la oscuridad en lugar de dejar que la luz de la Palabra de Dios guíe su camino.

Imagínese dos habitaciones, una es oscura y una persona está buscando en el suelo algunas migajas para comer, cuando al lado hay una habitación llena de luz y un banquete para deleitarse. ¿Dónde quiere estar? ¿Y cómo llegar allí? Aquí hay algunas preguntas para que reflexionemos:

  • ¿Cuándo nos levantamos por la mañana, hacemos la decisión de abrir la Biblia y empezamos el día lleno de la Palabra de Dios?
  • ¿Meditamos en la Palabra de Dios durante el día?
  • ¿Buscamos respuestas a nuestras decisiones en la Palabra de Dios?
  • ¿Participamos regularmente y activamente en un estudio de la Biblia con otros creyentes?

Como cristianos nacidos de nuevo somos llamados y mandados a ser la luz del mundo. “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:14-16). Debemos ser los guardianes de la Palabra de Dios y reflejar su luz para que otros también puedan verla y ser salvos.

Tenemos que preguntarnos: ¿Cómo podemos esperar ser la luz del mundo si estamos pasando la mayor parte del tiempo dando tumbos en la oscuridad? La respuesta es que tenemos que leer la Escritura, la Luz que nos guiará. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados (la oscuridad) y pedirle a Dios que nos cambie para mostrarnos su camino a través de su Palabra iluminadora. Una vez que lo hacemos podemos ser moldeados cada día más y más a la imagen de Cristo, que es la luz del mundo. “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”  (Juan 8:12)

La decisión es nuestra, ¿vamos hacerlo a nuestra manera o a la manera de Dios? ¿Vamos elegir el cielo o el infierno? Jesús mismo nos dijo que: “la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.”  (Juan 3:19-21)

Cuanto más aprendemos acerca de Dios y su amor, menos nos preocupamos por los placeres de este mundo. Es realmente increíble cómo Dios trabaja y cómo Él transforma a los pecadores en santos cuando vivimos y respiramos la Palabra de Dios y dejamos que Él sea la luz para nuestros pies y lumbrera a nuestro camino.

La Biblia no es para ser leída sólo una vez por semana o una vez al mes o una vez al año, es nuestro sustento diario, es la forma en que somos nutridos a ser cristianos fuertes para correr la carrera con perseverancia y proclamar y compartir el evangelio con poder.

Tenemos que entender que no hay nada más tonto que tratar de navegar por este mundo de tinieblas sin la Palabra de Dios, sin la Luz del mundo que brilla para nosotros, mostrándonos el Camino. Jesús es el “Camino” (Juan 14:6) y Él es “la Luz del mundo”. (Juan 9:5)

 


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