Posteado por: ibnjcamalu | May 17, 2018

COMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS LAS VERDADES BÍBLICAS SOBRE EL INFIERNO – 2 Tesalonicenses 1:7-9

Cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. (2 Tesalonicenses 1:7-9) 

¿Debería un Dios Santo permitir que la gente continúe pecando, burlándose de Él, maldiciéndole y abandonándolo? Dios no quier que nadie vaya al infierno – la gente elige ir al infierno. Muchas religiones literalmente quieren sacar al infierno de la Biblia, pero, simplemente porque la gente no le gusta esta realidad, no deja de ser la verdad. Nadie piensa que va al infierno hasta que se encuentren allí. 

Hay muchas opiniones diferentes y conceptos erróneos sobre el infierno. Es un tema que la mayoría de nosotros probablemente tratamos de evitar enseñar a nuestros hijos, porque tenemos aprensión de causarles miedo. Los amamos demasiado para dejarlos nerviosos, ¿verdad? Pero nos falta un punto importante; que es exactamente eso, lo que Satanás quiere. El quiere que mantengamos el pensamiento del infierno silencioso y oculto. 

Piense de esta manera, si tu niño esta en peligro, usted haría todo para detenerlo, ¡cierto! Entonces, ¿por qué nosotros como padres no hacemos todo lo que podemos para advertir a nuestros hijos sobre el peligro de ir al infierno? 

Es importante estudiar y entender esta realidad tan importante en la Biblia y poder explicarla a nuestros hijos y a otros. 

La primera pregunta que sus hijos pueden hacerle es: “Si Dios nos ama, ¿por qué quiere que alguien vaya al infierno?” 

Por lo tanto, es importante enseñarles a sus hijos que Dios no quiere que nadie vaya al infierno. Este lugar esta preparado para Satanás y sus ángeles malvados que se rebelaron contra Dios en el cielo. El infierno nunca fue preparado para nosotros. Pero desde que Adán y Eva desobedecieron a Dios al escuchar a Satanás, el pecado vino al mundo y ahora muchas personas eligen no obedecer a Dios y seguir a Satanás. Así que el infierno es la terrible recompensa que Satanás, el diablo, ofrece a los que pecan, se rebelan, desobedecen y son sus siervos. 

Muchas personas dicen que no hay infierno y que son sólo historias o fábulas. Dicen que son salvos y van al cielo, – por lo que debemos preguntar – ¿salvado de qué? ¿Del infierno? 

Si crees en la Biblia, no puedes escoger las partes que te gustan o “aceptas” para formular tu propia versión. Sí, Dios es amoroso y misericordioso, pero también habla más en las Escrituras sobre el infierno que sobre el cielo. Entonces, ¿por qué no estamos hablando de este tema? ¿Y por qué no estamos advirtiendo no sólo a nuestros hijos, sino también a los demás? 

Podría ser porque no queremos asustar a nuestros hijos. El infierno es espantoso porque es una oscuridad espiritual y separación de Dios junto con el tormento eterno. 

Sí, la Escritura habla del infierno, no porque Dios quiere enviarnos allí, sino porque nos está dando una advertencia de que existe. Nosotros advertimos a nuestros hijos acerca de no tocar la estufa caliente o correr hacia la calle transitada, así que ¿cuánto más debemos estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para mantenerlos de una eternidad en el infierno? Dios nuestro Padre celestial nos advierte del infierno. Por lo tanto; como padres necesitamos decirles a nuestros hijos la verdad sobre la existencia del infierno. 

Podemos empezar contándoles la historia que se encuentra en Lucas 16:19-31 de LAZARO Y EL HOMBRE RICO . El hombre rico vivía de lujo mientras Lázaro yacía a las puertas de la casa del rico con llagas por todo el cuerpo. Ambos murieron. Lázaro fue llevado al cielo mientras el Hombre Rico fue enviado al Hades. Tan pronto como el rico comprendió su destino, ésta fue su respuesta: “Entonces te ruego, padre, envía a Lázaro a mi familia, porque tengo cinco hermanos. Que los advierta, para que no vengan también a este lugar de tormento.” 

Su primera respuesta fue querer compartir una advertencia con los que amaba. Estaba experimentando la realidad del tormento y no quería que su familia acabara sufriendo como él. 

Sería maravilloso si pudiéramos proteger a nuestros hijos de saber acerca de un lugar tan terrible, pero es una verdad que deben saber. Los niños necesitan entender lo que Jesús hizo por ellos en la cruz. Necesitan entender que si lo aceptan como su Salvador y le obedecen, que puedan estar con Jesús por toda la eternidad cuando vayan al cielo. Para explicarles más sobre el cielo por favor haga clic en el siguiente enlace: AVERIGÜEMOS ACERCA DEL CIELO

Es evidente que muchos niños, que están pensando en el infierno, están preocupados de que vayan allí. Pero después de explicarles el PLAN DE SALVACIÓN y hacerles saber que: Si públicamente afirman que Jesús es Señor y creen en su corazón que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, ellos serán salvos. Porque es por creer en su corazón que son justificados ante Dios, y es declarando abiertamente su fe que son salvos. 

Explíqueles también que si hacen algo malo e inmediatamente piden perdón que nadie pueda “accidentalmente” perder su salvación e ir al infierno porque la Biblia nos dice así: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; 28 y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:27-28). 

Tenemos que recordar que si las personas nos dicen que el infierno no es real, están llamando a Dios de un mentiroso. La Biblia nos dice: “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará”  (Gálatas 6:7). 

Recordad siempre esta hermosa promesa de esperanza: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. . .  El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él (Juan 3:16-17, 36).

 


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